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Del diván al incendio – Psicología de Emergencias y Desastres

Del Diván al Incendio - Psicología de las Emergencias y Desastres

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¿Qué es la Psicología de las Emergencias y Desastres?

El área de la psicología de las emergencias y desastres es una rama poco estudiada, es más que la simple aplicación de la psicología clínica al ámbito de las emergencias, “es más que llevar el diván al incendio” (Marín, 2005), ya que la Psicología de Emergencias abarca todo lo que puede realizar el comportamiento humano en tres momentos: antes, durante y después sea de un accidente, emergencia, desastre o catástrofe. Así mismo, trabaja con: víctimas, familiares, amigos, comunidad y espectadores del evento (Maguiña, mayo 2016). En ese sentido, en nuestro país luego del terremoto ocurrido en agosto del 2007 en Pisco e Ica, el Colegio de Psicólogos del Perú prepara un grupo pequeño de psicólogos que brinden soporte emocional a los pobladores afectados, formalizando la creación de la “Brigada Azul” el 19 de marzo del 2010 para la intervención especializada de emergencias y desastres (Colegio de Psicólogos del Perú, 2017), recibiendo una formación y capacitación de forma integral para una adecuada intervención antes, durante y después de un evento.

Y, ¿qué pasa con nuestra Salud Mental en momentos de desastres?

Posada (2011) argumenta que un desastre o emergencia afecta a toda la población presentada en la situación sin discriminación. Sin embargo, cada sobreviviente vive el desastre o emergencia a través de su propia percepción, donde juega papeles importantes la visión que se tiene del mundo así como las creencias que posee el sobreviviente, influyendo esto en la forma en la que se enfrenta y se recupera de los desastres.

Psicología de Emergencias y Desastres - BienestArt

Así mismo, las experiencias previas de pérdidas, emergencias o desastres pueden facilitar o dificultar la manera de enfrentar la situación; de igual manera, las experiencias culturales y antecedentes étnicos pueden facilitar o interferir con la capacidad del sobreviviente para la superación de la emergencia o desastre. Por otro lado, la capacidad de tolerar y afrontar la desorganización y la pérdida puede facilitar la situación.
Los patrones socioculturales determinan muchas veces que los hombres y las mujeres reaccionen de forma diferente: Los hombres tienden a reprimir y a guardar la angustia, el dolor y el miedo; mientras que las mujeres exteriorizan con más facilidad sus sentimientos y buscan más apoyo para ellas y sus familiares.

Igualmente, existen algunos indicios que indican que sobrevivientes que estén entre los cuarenta y sesenta años pueden tener mayor riesgo. Por otro lado, las experiencias de trabajo con adultos mayores han mostrado que muchos e encuentran aislados, careciendo de apoyo y siendo percibidos como una carga, no son considerados como personas activas y productivas, manteniéndolos desinformados con el pensamiento de “no hay que preocuparlos ni angustiarlos” y no se les consulta cuando se toman decisiones sobre su vida y pertenencias.

También se ha demostrado que un sobreviviente que es soltero, viudo o divorciado puede ser más vulnerable que aquellos que están casados o viven en pareja, además se ha observado que hay un incremento en los conflictos de pareja después de los desastres. Hay que agregar a esto la alta vulnerabilidad que desarrollan las personas que quedan solas como cabeza de familia respondiendo por sus hijos y buscando la supervivencia económica en trabajos inestables y mal remunerados.

 

¿Cuáles son las necesidades y reacciones más comunes?

Entre las necesidades y reacciones comunes que podemos encontrar, se pueden enumerar las siguientes (Posada, 2011):

  • Preocupaciones en relación con la supervivencia.
  • Duelo por pérdida de personas queridas y bienes valiosos significativos.
  • Miedo y ansiedad relacionados con su propia seguridad y de las personas queridas.
  • Trastornos del sueño y que con frecuencia incluyen pesadillas y recuerdos del desastre.
  • Preocupaciones relacionadas con la reubicación, el aislamiento o la posible situación en nuevas condiciones de vida.
  • Necesidad de hablar acerca de lo sucedido y de los sentimientos asociados con la emergencia o desastre.
  • Necesidad de sentirse parte de la comunidad y de sus esfuerzos de recuperación.

Nuestra salud mental es importante en todo momento, por ello es que es fundamental no restarle importancia especialmente en una situación de emergencias o desastres. Como afirma Humberto Marín Uribe: “Si logramos entender qué es la psicología de las emergencias seremos AFORTUNADOS, pero si logramos entender que la psicología de emergencias es más que únicamente aplicar terapia después del evento, seremos EXITOSOS”.

Si nunca dejamos de descubrir podríamos conocer un modo de Vivir y Estar plenos que aún desconocemos...

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